Se siguen sucediendo actos vandálicos, gamberradas, delitos, atentados contra la propiedad privada, robos, molestias, okupas, en todo nuestro municipio de Manacor. No hay zona que no lamente numerosas personas que solo viven haciendo daño a la colectividad.

Si actualizamos nuestro diario de incidencias hay que decir que unos Okupas invadieron la propiedad de un ciudadano honrado, él, su familia y vecinos colaboradores los sacaron a patadas y algún mamporro, esperar varios años a la justicia y los desahucios era muy complicado, ya que se trataba de la primera vivienda de esa familia y era injusto vivir en la calle después de trabajar toda una vida. Dice Pere, que la justicia es sorda y ciega, por eso actuaron.

En Porto Cristo varios robos en la playa, un piso okupado más, un coche robado y se llevaron de una vivienda joyas y objetos de valor. En la Vía Portugal de Manacor un malnacido ha roto varios espejos retrovisores y una luna frontal. Avisan en las redes sociales que tengan cuidado, anda suelto un animal. En el paseo del Ferrocarril se llevaron una furgoneta. Han faltado en dos semana tres motocicletas y dos bicicletas.

En Cala Mandia robaron un chalet y solo ha faltado que se llevasen las paredes, hasta las baldosas del baño faltan. Hasta en la tranquila Son Macià se produjo un robo y con la propietaria dentro, un susto, salió corriendo cuando comenzó a gritar la propietaria. Se había equivocado, buscaba la oficina de Correos.

Se ha denunciado en el municipio un piso donde se ejerce la prostitución y se crean numerosas molestias, ruidos, peleas. Es un no parar, los datos oficiales ocupan varios folios, menos mal que la policía evita el 90% de todos los incidentes, si no parece que estamos en una ciudad de cuyo nombre no quiero acordarme.

La solidaridad y reflejos de los vecinos evitó a un carterista salirse con la suya, la policía lo puso a disposición judicial y la Jueza lo soltó, es menudeo. En los lugares multitudinarios de marcha y copas han comenzado hacer el agosto los traficantes de pastillas y otras drogas modernas, no tienen piedad, les da igual que sean menores. Ahí se necesita mano dura, ninguna contemplación, tolerancia cero.