Editorial: Esta mañana de jueves, día 27 de enero de 2022, lleno mi alma de canciones que saben a recuerdos, nostalgia, horno de leña y pan caliente. Suena con mejor voz que nunca, madura, la gran Ana Belén, con su España camisa blanca, de mi riqueza, esperanza, desasosiego. Aquí me tienes nadie me manda. Cuando se llega a una edad como la mía nos podemos permitir alguna ligereza e incluso simpatizar con los anarquistas, ellos si que respetan lo establecido, paradójicamente, más que muchos reglados. A veces madre y siempre madrastra. Ana Belén poeta y amante de Menorca, un encanto tan grande como la Puerta de Alcalá. La recuerdo en un concierto con su marido Víctor Manuel y un montón de amigos, Serrat, Antonio Flores, Carmona, Joaquín Sabina, Cecilia, Mari Trini. Son grandes, inmensos.

Decía Rafhael, el incombustible, que Rocío Jurado era la más grande, inigualable, con un timbre de voz superlativo. Como una ola, me hice por ti marinero. Espuma blanca y rumor de caracola. Escucha voces en el viento. Bajé del cielo una estrella y te dije ante un especial testigo, te amo. Eso no era cantar, ni mucho menos, eran melodías que alimentaban. Ahora entiendo a nuestros antepasados, esos que tocaron a la diva y decían que podían morirse. Como en cada época, pero esta más de verdad, sin maquillaje, ni preparados, sin arreglos. Y si no que se lo digan a Camilo Sexto, siempre me voy a enamorar de quién no me hace caso. Vivir así es morir de amor. Sabes que quiero ser más que un amigo. O los eternos Dúo Dinámico que tanto nos ayudaron con su Resistiré, letra y música que si profundizas te llevas la gran sorpresa. Ni Miquel Hernández o Gabriel García Márquez.

El CD me lleva ahora a Luz Casal con su Pienso en ti. Venero tu imagen divina. Para nada me sirve nada sin ti. Cuando sufras y llores piensa que estoy aquí. Tu boca que me enseñó a pecar. La incondicionalidad, esa que tanto se echa en falta en momentos agrios, amargos, antipáticos. Como el Ramito de Violetas de Manzanita. Los humanos somos así, tenemos momentos tiernos que sobrepasan nuestra cordura y posturas. Recibe versos, él es su amante secreto. Su marido jugando el doble papel en una relación que cambió para siempre. Era la época de los Pecos, pasado feliz, añoranzas. He vivido unos años duros sin ti, pero ahora vuelvo a ser feliz. Ilusiones renovadas. Regresos llenos de plenitud. Encontrar lo que buscas no desfallecer. Querer por encima de todo, en cualquier modalidad, animales, paisajes, lugares, amaneceres, estaciones, el prójimo, fulanita.

Encontrar o que te encuentren, abrir las ventanas y respirar el futuro. Abrazarlo. Suaves brisas que llegan y se cogen al vuelo. Mallorca infinita, que placer estar aquí. Aguas blancas, transparentes, marfil. Hoy me dispongo a celebrar una comida con unos amigos de Felanitx, me dicen que elija el vino. No puedo traicionar a La Rioja, llevaré un Coto de Imaz gran reserva y otro de aquí de Manacor de los hermanos Gelabert. Seguro que me riñen porque piensan que en su localidad se hacen los mejores caldos, y llevan razón es buena tierra. Les digo que las chuletas de cordero mejor al sarmiento, brasas purificadoras que dan un sabor impresionante, distinto. La carne propia de la finca y pastando por el campo. De entrante quesos variados, para llevar la contraria a los franceses que lo toman de postre.

Suena el teléfono, al otro lado un amigo. Me comenta que tiene malas noticias. Le escucho con atención, dedicación. La pelea de la vida se recrudece en un compañero común. Está en la UCI, me dirá cosas pasadas unas horas. Le pido encarecidamente que no se olvide. La moneda siempre tiene dos caras, espero que sea un aviso pasajero y pronto a saludarnos y darnos un abrazo potente. Recordar pero desde la distancia de aquellos momentos desagradables que se fueron. Seguro que pasa, quiero creerlo ciegamente. Todos y todas recibimos mazazos, noticias tristes, pérdidas, lo agrio de la existencia. Arriba ese ánimo, no está en nuestras manos, solo la ciencia y la madre naturaleza puede marcar nuestros pasos. Como dice Chiquetete, me guardo los suspiros, tiemblo a su lado, ella es mi delirio. El amor y las estrellas, el infinito. Tan lejos, la inmensidad. Cálidos besos. La veo como una estrella. El poeta Nino Bravo nos dejó muy joven, pero vuelve siempre que queramos porque quién es recordado nunca muere. Rafael Gabaldón San Miguel.