El Tendedero: Hace días que no sale el sol en la roqueta y eso duele. No estamos acostumbrados a la furia del viento, ni las amenazas de las DANAS, pero mucho menos a perder el sabor del sol, su abrazo y colorido. Son días de nostalgia, además estos días se está recordando al gran autor y músico Enrique Urquijo de Tos, Los Secretos, Los Problemas, ese poeta de la movida madrileña que tantas horas llenó mi corazón de versos y sensaciones. Hoy mi pequeño homenaje a un amigo que nunca conocí pero sentí como algo cercano.

Fruto de su relación con Almudena Navarro Barrio, tuvo en 1994 una hija, María, a la que dedicó las canciones Pero a tu lado y Agárrate a mí, María. Enrique es uno de los músicos más destacados de la movida madrileña, su carrera musical fue muy dilatada, fue mucho más allá de la citada "Movida", trabajó en varios estilos y es considerado uno de los mejores compositores de su generación. Su sensibilidad, forma especial de componer e interpretar y sus letras sencillas, han hecho que sea compositor de numerosos temas que forman ya parte de la historia de la música española.

El último tema que compuso fue Hoy la vi, cuya maqueta fue editada y arreglada por su hermano Álvaro e incluida en el álbum homenaje A tu lado (2000). Hoy la vi fue interpretada en directo por Los Secretos por primera vez en el Palacio de los Deportes de Madrid en diciembre de 2009. Su última actuación en directo fue en Zaragoza, colaborando a la guitarra y la voz en el tema "Te debo una canción" del grupo aragonés Ixo Rai, a quienes acompañaba como invitado. La última aparición pública de Enrique fue en la ceremonia de entrega de los Premios Amigo, el jueves 4 de noviembre de 1999, menos de dos semanas antes de su muerte.

Enrique fue encontrado muerto, en el portal número 23 de la calle del Espíritu Santo, en el barrio madrileño de Malasaña; sobre las 9 de la noche del miércoles 17 de noviembre de 1999. Está enterrado en el Cementerio de la Almudena de Madrid. El mismo músico con el que no era difícil cruzarse por los bares del mítico barrio madrileño de la «movida», del que era uno de los referentes, «soportado por un cuerpo que parecía tan débil y a punto de venirse abajo como un castillo en la arena, con las manos en los bolsillos, aspirando a grandes bocanadas el humo».

Y así era, porque el líder de Los Secretos pasó la mitad de su vida sumido en un círculo vicioso que le llevaba de la depresión a las drogas, y de las drogas a la depresión: «Cuando sentía el hormigueo de la desesperación, recurría al alcohol, la heroína, la cocaína o los tranquilizantes para conseguir una especie de muerte efímera», recogía Miguel Ángel Bargueño en Adiós tristeza, la biografía de este poeta maldito del pop, que publicó en 2005. De nuevo adiós Enrique, se cierto que sufriste, era un mundo cruel donde no hay espacio para quienes tienen bonitos sentimientos. Fuiste niño siempre, y como dice Serrat todo pasa.

Por supuesto que desde mi optimismo incorregible me gusta más otros creadores y sobre todo después de conocer la gracia de los latinoamericanos, pero Enrique era mi pasión y el ojo derecho de una compañera que fue mi mejor amiga en la etapa de estudiantes. Urquijo tenía la gracia de hacerte suyo, contarte las historias de verdad, incluso con lágrimas en los ojos. Alertó siempre que no quería ser adulto. Su hija fue una realidad que duró hasta que no pudo más. Me hubiese gustado sentarme delante de él y hablar largo y tendido.

Yo perdí a mi madre a los 10 años y eso no lo soporta nadie, pero hay que rehacerse por duro que sea y subir las escaleras de la existencia intentando provocar carcajadas y dejar las lágrimas para cuando se mezclen con sonrisas. Enrique eras un genio, un adulador de la nostalgia y espero que donde estés veas que tus hermanos, mujer e hija han hecho honor a tu legado. Eran tristes tus canciones, pero hermosas, bellas.