Editorial: Recibo una carta a principios de año de 2019 hace más de nueve meses sobre los criterios que sigue el Ayuntamiento de Manacor sobre el Reconocimiento de Méritos a las personas que residen en el municipio. En julio me mandan un escrito sobre el mismo tema, en esta ocasión enfocado sobre personas ejemplares anónimas. Hace un mes mantengo una conversación con una universitaria y profundiza sobre los méritos, ejemplos, referencias sociales, valores.

Afirma que se pasa de puntillas sobre hechos que deben ponerse de relieve y ser moneda de curso legal y existencial. Hace cuatro días recibo una llamada de teléfono y me cuentan una historia que está pasando en Manacor y me quedo petrificado. La idiosincrasia del municipio, los servicios sociales, los profesionales, las administraciones, los empleados públicos, los vecinos, la colectividad, hemos perdido sensibilidad, hemos bajado la guardia, estamos dormidos. En Manacor ocurren ejemplos de vida, de solidaridad, de humanidad y lo pasamos por alto.

Que Delegación se encarga de los sentimientos hacía el prójimo, que departamento se cuida del alma, el voluntariado extremo, el amor a la familia hasta dejar de vivir tu por entregarte a ellos. Que edil o regidora repasa la vida ejemplar de personas anónimas que son referencia de solidaridad, callada, sin propaganda, sin prensa, sin fotos, en silencio, por la cara. Por responsabilidad. No digo desde estas líneas que se deje de premiar a quienes tienen el perfil del actual Reconocimiento de Méritos, lo que pedimos que se visibilice a otros seres humanos que hacen milagros en su familia.

Me han contado varios ejemplos, he recuperado mi optimismo y mi amor por la humanidad cuando he sabido que al lado mismo, en mi municipio, viven personas tan encantadoras, tan llenas de humanidad, tan inmensas en ejemplos solidarios, tan valiosas. Ellas no dicen nada lo hacen porque es su familia, porque nacieron queriendo, por valores que ya no se llevan. Que nadie lo detecte en la administración local o en el vecindario y que no se premie aunque sea con completa discreción es que algo falla en esta sociedad.

Seguramente ellos/as no quieren publicidad, ni que nadie sepan porque han entregado su vida a sus semejantes, si es así perfecto silencio. Pero una vez detectado por lo menos preguntarles si necesitan algo, ellos se quitan de la boca el alimento y todos los placeres por otras personas, sean familiares o no.

No quiero contar aquí al menos 5 casos por respeto, por no dar pistas, por consideración a los héroes y heroínas de Manacor. Pero la administración municipal igual que da un premio y un reconocimiento porque ha investigado la trayectoria de un músico, actor, empresario, escritor, deportista, profesional, también debe detectar a personas anónimas que viven para otros/as, y eso es muy grande.